martes, 27 de abril de 2010

Un desarrollo (holísticamente) sostenible


“El objetivo de todo desarrollo es uno: la mejora de la calidad de vida de todos los seres humanos”


"¿No será que cuando las sociedades llegan a un punto, como la nuestra, en el que tienen que dar un paso más, algunas no son capaces de darlo y desaparecen?” Esta es una de las explicaciones acerca de la aparente inexistencia de vida inteligente en el Universo cercano que daba el pasado día 22 el profesor Francisco Lozano Winterhalder en la conferencia "Diez claves para preparar el futuro" en el Museo de la Ciudad, dentro del ciclo de conferencias CIENCIA Y SOCIEDAD 2010. El equilibrio de la Tierra que organiza la Fundación Banco Santander.

Este “hombre del renacimiento” (biólogo, máster en Humanidades, doctorado en Filosofía y profesor de Medio Ambiente en ESADE y de Ética Ambiental en el Instituto Borja de Bioética, ambos de la Universidad Ramón Llull de Barcelona) quiso transmitirnos su visión del mundo que nos espera o, mejor dicho, del que sería deseable disfrutar en un futuro,
si es que queremos que ese futuro exista realmente. Como apuntaba hacia la mitad de su charla, “es la primera vez en la historia de la humanidad que nos planteamos seriamente el que la siguiente generación pueda existir”. El impacto ambiental se ha multiplicado por diez entre los años 60 y 2000, debido al aumento de la población y del consumismo descontrolado. Los estudios dicen que si seguimos actuando de la misma forma, sin modificar nuestra conducta (y parece ser la tendencia), la Tierra no tendrá recursos suficientes para todos. Es decir, todo indica que la sociedad occidental vive en un mundo bastante insostenible.

Hay personas, algunas de reputado prestigio, que dudan del cambio climático.
Los climatólogos, en general, dan por válida la teoría; pero existen voces contrarias que la niegan. Pero, aún negando el cambio climático, hay algo que es evidente y cierto: como consecuencia del aumento del dióxido de carbono en la atmósfera (y cada día incrementamos esa aportación), este compuesto se ha disuelto en los mares y océanos de la Tierra, lo cual modifica su acidez y, como consecuencia, altera los ecosistemas marinos.
Es decir, el aumento del CO2 en la atmósfera está afectando a la pesca y a la propia Vida.
O dicho de otro modo, es un hecho que la acción del hombre está modificando la vida en la Tierra.

Pero no todo está perdido. Su visión es optimista. “La Tierra está en nuestras manos”, dice Lozano. Y añade: “No hay ninguna incompatibilidad entre el mundo de los negocios y la sostenibilidad. Antes al contrario, el que mejor se posicione será el que tendrá una estrategia más apropiada de cara al futuro”. Como ejemplo, propone la actividad de la empresa papelera italiana Favini Paper-mill. Esta empresa es pionera en la fabricación de papel a partir de las algas que recogen de la laguna de Venecia, cuya sobreproducción debida al aumento general de las temperaturas supone un problema ecológico de magnitud considerable. Estas algas son capaces de restar el oxígeno necesario para los organismos que habitan las aguas de la laguna. Así pues, la empresa obtiene un beneficio económico al mismo tiempo que pone solución a un problema ecológico. En España, la Fundación Entorno apoya a todas las empresas que desean entrar en la filosofía de la sostenibilidad. “A veces por ley, porque la ley lo exige; a veces voluntariamente, porque así obtienen unos enormes beneficios”, comenta Lozano.

Pero no solo las empresas son las responsables de construir ese futuro sostenible. Siguiendo con esta visión holística (o sistémica), en la que todo está relacionado, el ciudadano medio tiene mucho que decir y hacer al respecto. Sin ir más lejos, son los ciudadanos los que eligen a sus gobernantes, y son éstos los que promueven y aplican las leyes. “La ley es la que dice qué empresas pueden existir y cuáles no. Pero incluso dentro de la legalidad, existe otra posibilidad: quizá, si la empresa no es sostenible, a la sociedad no le interesa que exista. Por lo tanto, utilizando la legalidad, se puede llegar a controlar este sistema”.
Y añade: “No es fácil, pero se puede llegar a hacer”. Para atender a las nuevas exigencias de los consumidores (conscientes de su futuro), las empresas deberán ser más responsables con el medio ambiente. La idea es que sean los consumidores los que decidan su propio destino. Aunque este cambio de rumbo en las mentalidades exija una toma de conciencia tanto por parte de ellos como de los productores.

Ya no podemos mirar a la economía y a la tecnología, o a la ciencia, de forma aislada, como las únicas culpables de este “desaguisado” y, por tanto, como responsables de su solución. “Necesitamos mirar todas las dimensiones del conocimiento humano y todas las dimensiones de la experiencia humana. No nos fijemos solamente en una parte del problema, el tecno-económico, que es el núcleo fundamental. Los seres humanos precisamos de muchas cosas más para ser más o menos felices.” Necesitamos un cambio cultural, de mentalidad, apostando por una cultura de la Vida, implicando aspectos del ser humano aparentemente tan alejados de la ciencia/tecnología y de la economía como la espiritualidad, el arte, la ética o la epistemología.

El hombre es un todo y como tal todo funciona. Según el profesor Lozano, mejorar la calidad de vida de los seres humanos se podría conseguir a través de la búsqueda de
“las tres paces”, entendidas como equilibrio: la paz con la naturaleza (el equilibrio con la naturaleza), la paz entre los seres humanos (a través de la equidad y la justicia) y la paz con nosotros mismos. Y todo ello, en un mundo que te desequilibra y que se desequilibra permanentemente.

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El ciclo CIENCIA Y SOCIEDAD ha presentado, además, las conferencias El equilibrio de la tierra, a cargo de Eduardo Punset, abogado, economista y divulgador científico (7 de abril) y La emergencia del sostenibilismo, a cargo de Ramón Folch, socioecólogo y Director General de ERF (15 de abril).
Las próximas conferencias se celebrarán el 29 de abril, 6 de mayo y 13 de mayo, a cargo de los ponentes John Shepherd, Michael Kuhndt y José Pío Beltrán, respectivamente.
Más información en www.fundacionbancosantander.com.


3 comentarios:

rafa dijo...

Muy interesante,.... pero eso de que mediante la ley se va a conseguir, me parece un poco presuntuoso, e incluso podría ser contraproducente, ... imaginemos que todos estos cambios que ahora nos parecen evidentes y lógicos resultasen ser falsos (es solo un imaginar), seguramente sería peor el remedio que la enfermedad.

La historia esta llena de intentos de imponer y que vistos con la perspectiva del tiempo han sido un desastre. La inmensa mayoría de las imposiciones "por ley" partían de una buena causa.

Pero por lo demás es fantástico el optimismo que irradia

rafa

Mercedes Crespo Moreno dijo...

Muy interesante tanto el tema como su desarrollo, algo que me imaginaba y no sabía como transmitirlo o enfocarlo. Es también un comentario útil para despertar la conciencia del mundo. Gracias sobri por tu información. Mer

Taselhof dijo...

Sostenibilidad. Igual, cuando oimos esa palabra, la repetimos sina ver que implica "equilibrio", un concepto más de nuestro día a día.
La humanidad no ha llegado aún a un punto de equilibrio con el planeta. Las barbaridades realizadas por el ser humano le llevan ventaja a su necesidad de resolverlas ahora. Es como si hubiésemos lanzado un bólido y nos diésemos cuenta ahora de que va una bomba dentro ¡Tenemos que detenerlo! Pero para ello nos hacen falta los recursos, las ganas y el compromiso para hacerlo.
Da gusto ver documentales en los que se ve la investigación en energías, los esfuerzos por salvar ciertas especies y por otro lado me revuelve ver lo rápido que va la degeneración de los bosques (su tala indiscriminada, su quema por parte de los promotores inmobiliarios, etc), de los mares (a la vista está con las últimas noticias de la plataforma hundida frente a EEUU) y todo el resto de porquerías que machacan la Tierra.

Pensando sore los recursos naturales, por un lado genera curiosidad saber que los mares tienen una parte desconocida como son los fondos abisales, desonocidos en un 95%, cuyos componentes disueltos pueden tener millones de años de antigüedad, cientos de especies sin descubrir y donde puede haber recursos desconocidos para la humanidad. Y por otro lado me produce inquietud pensar que el ser humano pueda "meter mano" allí y estropearlo todo. Quizá unas leyes bien estructuradas, ayudarían a regular la manipulación de los medios que nos ofrece la Tierra. En un mundo "global" como en el que nos movemos, debería ser relativamente sencillo convencer a los gobiernos de la aplicación y estudio de esas leyes, pero claro, hay demasiados intereses de por medio.

Este artículo da un poco más de optimismo a esta visión.
¡Ójala..!


ciao!

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